domingo, 19 de enero de 2014

Pongamos que hablo de Madrid...


Qué puedo decir de Madrid que no se haya dicho ya, que puedes hacer para resaltar las mejores cosas que tiene una ciudad como esta. Madrid tiene calle, tiene alma, tiene gente. Tiene ambiente, tiene calma, tiene fuelle.
Se me podrían ocurrir 100 cosas que escribir, pero con 10 puntos creo que os podéis hacer una idea de porque Madrid engancha, de porque Madrid me mata.


De paseo: en general España tiene calle, no es que en otros países no la haya, pero es que nosotros tenemos otro concepto de calle. Cualquier excusa es buena para salir a pasear, a coger La Castellana hasta Atocha , de sentarte en una terraza en la Plaza de Olavide a tomar un café. De bajar Serrano y hacerte unas fotos en la Puerta de Alcalá, de ir al Rastro una mañana de domingo y volver a tu casa una madrugada de lunes. De ir al Retiro o al Parque del Oeste y tirarte en la hierba. De callejear por Chueca, o por el Madrid de los Austrias. De Plaza de España, de Latina, de compras por Fuencarral….


De cultura: no será la ciudad con más historia, teniendo en cuenta que hay otras ciudades en España espectaculares, pero tampoco nos quedamos cortos. Nada como levantarse una mañana y visitar El Prado, el Thyssen y el Reina Sofía. Cuando estaba en Madrid no lo hacía pero ahora cada vez que vuelvo intento sacar una mañana y visitar alguno. El Palacio de Telecomunicaciones con Cibeles en el centro, Neptuno, paraíso atlético, el Palacio Real y los Jardines de Sabatini, Plaza Mayor y Puerta del Sol, un atardecer en el Templo de Debod….

De compras: ciudad a caballo entre los clásico y lo moderno, desde tiendas de toda la vida en el Barrio de Salamanca hasta las boutiques modernas del Triball, desde ropa callejera en Fuencarral a tiendas de segunda mano en Malasaña. Calle Argensola, Barquillo o Pez. En el Rastro siempre vas a encontrar algo que llevabas buscando toda tu vida, además de sentirte bien por haberte levantado pronto un domingo y en Gran Vía, además de cines, el paraíso de las compras para las mujeres.


De canalleo: algo habrá quedado en Madrid de los años 80; Yo era enano, pero tuvo que ser paraíso de bares, de terrazas y de explosión de la farra en general. Saliendo de la época en la que estábamos y conociendo nuestro carácter, la gente debió ver esa época como la manera de olvidar el pasado. La Plaza del 2 de Mayo como centro de todo, Malasaña en estado puro, Chueca modernnn y Hortaleza, siguen teniendo ese ambiente, de garitos de mala muerte, mezclados con cocteleras de postín, de bares de toda la vida y de after-hours para los más intrépidos. El Penta y La Via Lactea, al lado del Taboo y del Barco, garitos de canallas.

De tradiciones: tampoco olvidamos en España lo que nos hace diferentes, la historia que tenemos atrás. Puede gustar más o menos pero es parte de nuestra cultura. Madrid es toros en Mayo, fútbol a las 5 de la Tarde un domingo, aperitivo con vermut en el Doble seguidos de comida familiar en invierno y de vestirse de chulapo en San Isidro. Si te pilla una Nochevieja en Madrid, las uvas o las preuvas en la Plaza del Sol es planazo!

De comer: hobbie favorito de los madrileños y de los españoles. Oferta brutal para todos los gustos. Churros y porras por la mañana, bravas de aperitivo, callos para templar el cuerpo. El chocolate caliente en la Plaza Mayor, castañas en invierno viendo la tele, bocadillos de calamares. Es felicidad en los bares de toda la vida el fin de semana, al madrileño le das una caña y un pincho de tortilla y se arreglan los problemas. Importamos los pintxos del norte, las paellas del este, las raciones del sur y los platos de cuchara del centro por algo. Para todo lo demás el Museo del Jamón.


De transporte: de lunes de tráfico infernal con la radio puesta, de bus VAO por la carretera de La Coruña, de la entrada a Madrid cuando anochece por la A2 con todo el sol en la cara, de bajar Castellana por la noche un domingo y ponerte tu tema favorito, de metro petado de gente a cualquier hora, de coches aparcados en doble y triple fila, de gente guapa en moto en verano.


De farra: no es lo mismo el canalleo que la farra. Una cosa es ser canalla y otra cosa es salir de farra. El canalla sale de cañas y se lía, se toma un par, cambia de bar, se pide otra y pasa el vaso ancho, se cambia de barrio porque ha quedado con otros para tomar la última y es cuando se da cuenta que ya no hay marcha atrás. El farrero, incluso cena en casa, y queda tarde, y sabe a lo que ha quedado. Copas en una casa o en un parque, de colegueo, hasta las 3 de la mañana que va a garito, y que decide el que va menos afectado. De llegar a las 3.30 al garito y estar hasta las 6 a empujones y vasos de tubo. Oferta a Madrid no le falta, pero yo a veces pienso que sí, porque todos están llenos. A las 6 de la mañana de un viernes en la calle hay mas trafico que un viernes salida de puente a las 3pm.


De escapadas: días que te da por levantarte pronto e ir a comer fuera. Segovia, Acueducto y cochinillo; Toledo, Alcázar y cordero; El Escorial, Monasterio y cocidazo; Chinchón, Plaza de toros y casquería. Son planes que te sacan de la rutina, que te ponen de buen humor, que encima son perfectos, porque tocas un poquito la parte cultural y la gastronómica, y porque además mola ir en el coche con buena compañía, escuchando buena música.

El punto 10 lo dejo más para la imaginación, porque Madrid está todavía por hacer, la gente la tiene, gente que te acoge como si fueras familia, que te enseña la ciudad, que te saca de cañas, que te pone una cama o un sofá para la siesta. Si algo tenemos los madrileños es que somos acogedores, nos desvivimos por los otros, y esto no ha cambiado ni en estos últimos años. La sonrisa nunca nos la van a quitar y el sentido del humor menos.

"Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid"
Joaquín Sabina