domingo, 1 de diciembre de 2013

Expatriado: Lost in translation.

Buenas tardes de domingo!

Hoy quería escribir sobre la vida fuera, la vida en el extranjero; Llevo casi dos años viviendo en Dubai y aunque a veces, estar fuera te haga echar de menos a tu familia y amigos, hay una serie de cosas increíbles, por las que merece la pena dar el salto e irse por unos años a vivir esa experiencia.


1. Las maletas llenas de comida: no voy a decir que esto es lo más importante de irse a vivir fuera, pero si es cierto que si algo tenemos en común los españoles es que cada vez que volvemos a España nos traemos unos cargamentos de comida con los que podríamos sobrevivir 3 años. No va de broma, aquí tomo más jamón que en mi casa. Existe una especie de competencia sana entre colegas para ver quien trae los platos más espectaculares. Tomate Orlando, Colacao, Ruffles JamónJamón eran básicos de mi vida diaria en España y lo siguen siendo en Dubai. Un día tendré problemas en el aeropuerto, estoy convencido.


2. Quejarse: como mola la de estar fuera de tu casa y quejarse de todo. Joder, como conducen aquí! Y los taxistas de Madrid no? joe ahora estaría tomando el aperitivo....ya, pero te lo tomaste ayer. Qué cara es la carne, macho, pues toma garbanzos. Que si hace mucho calor, o que llueve, o que no hay nada en la tele (en T5 sin embargo sí). Somos así, queremos lo que no tenemos. Y luego cuando vuelves a Madrid, lo mismo, pero al revés. Lo dicho, nos quejamos de vicio.

3. El Skype: el pan nuestro de cada día. Bueno en mi caso tampoco mucho, porque mis padres no paran de quejarse de que hablamos poco. Hay que reconocer que el tío que inventó Skype es un crack. La posibilidad de hablar con las personas que quieres, gratis y encima viéndoles la cara no tiene precio. Tampoco tiene precio, la conexión a Internet de algunos países que hacen que las caras las veas poco y parezca que hablas con robots y no con tus padres. Si hijo, me oyes?? Si mamá. Qué? Hola? tu padre por detrás diciendo, -esto es una mierda. Cuántas veces...


4. Sentimiento de Erasmus constante: no va de broma, currar fuera es un poco como estar de Erasmus, es un sentimiento de libertad que no tienes en tu país. Cuanto más lejos, más libertad. Libertad para ser tu mismo, libertad y responsabilidad para levantarse e ir a trabajar, de lavarte la ropa, de hacerte la comida y no estar todo el día a McDonalds. Te olvidas de muchas preocupaciones diarias que antes tenías y ves la vida desde otro prisma. El día que pierdes la ilusión por conocer cosas nuevas es momento de cambiar.

5. Conocer gente: muchos de los amigos que haces fuera, son amigos para toda la vida. Tengo la suerte de haber conocido aquí a gente increíble con la que acabas compartiendo todo (cabreos de curro y resacas incluidas). Tu vida en el extranjero, la hacen la gente de tu alrededor y en mi opinión, diría que es muchas veces el 90% de continuar en la misma ciudad. Pierdes el miedo a hablar con desconocidos, descubres otras culturas y en mi caso, aprendes a valorar lo que tenemos en casa.

6. Despedidas, bodas, niños...como en cualquier lugar y más en la edad en la que estamos, que alguien se case o tenga un hijo no es tan raro, pero es que cuando estás fuera este tipo de noticias alegran el doble, o te entristecen, porque las despedidas se hacen muy difíciles. Al igual que conoces constantemente a gente nueva, Dubai es una ciudad bastante "de paso" y es también constante, el goteo de amigos que se van yendo. Muchas veces gente a la que no vas a volver a ver. Algún día me tocará a mi...



7. Las visitas: si hay una cosa que de verdad mola de vivir fuera es que te vengan a ver, y si es de sorpresa más (gracias morbid). Enseñar la ciudad en la que vives, lo que haces, donde comes o donde sales hace muchísima ilusión. Dubai tampoco es la ciudad más bonita del mundo, pero todavía no conozco a nadie que no se lo haya pasado bien.

8. Los domingos de tirada: En mi caso, los sábados. Día de playa, o de piscina. De comida india, o de paella en casa. De cine o de peli en el sofá. De llorar porque mañana curras, o de reír porque queda menos para el siguiente finde. De gelocatiles acompañados del café mañanero. De ver a tus amigos y hacer un plan que te haga sentirte un poco como en casa, o de estar sólo y leer un buen libro. De libertad.


9. Las pachangas de fútbol: para mi imprescindibles, sobre todo si son entre semana. Matas 3 pájaros de un tiro. Haces deporte que eso siempre es bueno para la salud y para la tripa, sales de la rutina del trabajo diario, y te pones al día con tus amigos. Es descargar adrenalina y hacer piña.

10. Lost in translation: los comienzos son complicados. Los primeros días te sientes en un mundo completamente diferente al tuyo. Ni idea de calles, de sitios, móvil nuevo, casa nueva, Ikea, idioma diferente, conocer gente, donde veo al Madrid, los tomates son caros. No te ubicas. Un mes más tarde, algo ha cambiado.

Lo de trabajar por las mañanas no cambia nada. Horarios de oficina interminables y jefes encantadores están a la orden del día en cualquier ciudad.

Buen comienzo de semana!!

"Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana"
J. Brown.


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