Los fofisanos hemos venido para quedarnos...
Lo digo en serio.
El precipicio de los 30 sólo lo ves cuando estás a punto de cumplirlos. Mientras tanto lo ves como muy lejano, como que no te van a tocar a ti. En esos meses de tránsito hacia la treintena te das cuenta, de como cosas que no pensabas que ibas a experimentar en tu vida, se vuelven realidad: los planes de día molan, los planes de noche no tanto, las resacas mucho menos, y un largo etcétera, pero hay uno en especial que te trastoca todos tus planes: o te cuidas, o engordas.
Creo que me di cuenta tarde...Yo que siempre había sido delgado, ahora lucho cada semana en el gimnasio por bajar 100 gramos en la báscula.
Lo bueno: que a tus colegas les pasa lo mismo
Lo malo: que el gimnasio cansa...y engacha
Siempre me habían dicho que hiciera un post sobre gimnasios pero es que la verdad que no había pisado uno hasta hacía muy poco. Ahora me siento preparado.
1. Me siento seguro al abrir la puerta del gimnasio. Notas en la cara el que entra por primera vez y el que va 3 veces por semana. La primera vez es como cuando te metes a un buffet de desayuno: pruebas todo pero no estás centrado. Te pones nervioso. Haces 5 minutos de bici, te sientes muy amo montado en la elíptica, un poquito de cinta, tocas las pesas pero no haces nada, y te vas asustado a los 20 minutos.
2. Te picas con todo y con todos: en el gimnasio no sólo estas tú, también se ciclan otros (que normalmente están más armados que tú). Te subes a la cinta y automáticamente miras lo que hace el de al lado. Te pones al tema y si el de al lado esta en 8 tu te pones el 9, si el tío sube a 10, tu sacas las tuercas de la maquina pero ni de broma te pueden ganar. Así me pasa que no aguanto ni 15 minutos.
3. Me siento bastante identificado con la gente que utiliza el móvil en el gimnasio. No sólo para poner sesiones de Soundcloud, sino para mandar fotos a mis amigos o a mi novia. Las fotos son lamentables, es verdad, pero demuestras lo sano que eres a todo el mundo. Demasiado me parece, la gente que se pone en la bici de vagos, si, esa en la que pedaleas recostado, utilizando el whatsapp o mirando el Facebook. Yo era así, ahora ya no............tanto.
4. Pesadilla que son las pesas. Si es que no puedo con ellas. Creo que pongo la excusa que ponemos todos a los que no nos gustan y es que somos unos flojos (así me llaman a mí). Ni molan las pequeñas, ni las grandes, ni aunque te ayuden. Es verdad que todo es acostumbrarse pero es que entre la cara que pones, los gritos que pegas y el ridículo que haces, mejor me dedico a levantar vasos de sidra.
5. No todo es malo en el gimnasio: para el soltero es el sitio ideal para ligar. Un tío que va al gimnasio de momento ya es un chico sano, punto positivo! Además si la ves diariamente la conversación sale sola. - Ayer no te vi en spinning. - Ah, pues estuve en la fila de delante. Y tu quedando bien de pardo. Tienes que jugar bien tus cartas: tampoco puedes estar demasiado pendiente de ella. Si pasa al lado tuyo, lo importante es poner cara de concentración, pero tampoco seas demasiado pasota, porque si no parece que estás demasiado preocupado por tu cuerpo.
6. Las clases son un must: no conoces tu cuerpo hasta que no vas a una clase de Body Pump o de Boot Camp. Las agujetas que tienes al día siguiente de tu primera clase, hacen que descubras la cantidad de músculos que no habías utilizado en tu vida. Qué manera de sudar, qué movimientos más arrítmicos... tu intentando esconderte entre la gente para que el profesor no se ensañe contigo. La primera fila es la de los alumnos aventajados, la de los nerds del gym, tienen su propia jerga, no te unas a ellos, son peligrosos.
7. La ropa es importante: por favor abstenerse calcetines blancos de raquetas, chándals de equipos de fútbol o camisetas de propaganda. Tampoco tienes que comprarte el último modelo de reloj atómico que te indica el numero de ronquidos que has dado durante la noche, pero no vayas con una camiseta blanca que ponga Carnicería Paco. Unas zapas de colores, un pantalón no muy ajustado y una camiseta, aunque sea robada, de el último Iron Man de Hawaii hace que la gente te mire con respeto.
8. Duchate en el gym. Lo de ir con la sudada por la calle no mola nada. Es muy de los años 90.
9. Leonardo di Caprio nos marca el camino: un héroe para muchos de nosotros, ha vuelto a poner de moda el hombre sano, el que se preocupa por su cuerpo pero que también disfruta con una bocadillo de chorizo de Cantimpalo. Una persona que no dice que no a la segunda cerveza, que no se retira de una fiesta porque tiene que ir al gym por la mañana, que valora la salsas en la comida, que disfruta del tercer tiempo y de la pachanga a partes iguales. Que no está gordo pero tampoco flacucho. En resumen, que se cuida, pero que de vez en cuando se descuida.
10. Si no vas al gym o haces deporte estas fuera de las conversaciones: hablar de fútbol ha pasado a un segundo plano, incluso la política se ha rendido a los pies de la vida sana. Ahora mola hablar de deporte, de tus objetivos, de tu próxima prueba, de tu número de pulsaciones en reposo, de las ruedas de la bici que te has comprado, de si es mejor entrenar en altura o en ayunas. Que levante la mano, quien no se ha puesto a hacer deporte para recuperar a sus amigos. Hay que estar al día, ahora toca vida sana, puede que ser que mañana nos de a todos por ser boy scouts.
"Mantener nuestro cuerpo con buena salud es un deber. De lo contrario no seremos capaces de mantener nuestras mentes fuertes y claras".
Buddha
Lo digo en serio.
El precipicio de los 30 sólo lo ves cuando estás a punto de cumplirlos. Mientras tanto lo ves como muy lejano, como que no te van a tocar a ti. En esos meses de tránsito hacia la treintena te das cuenta, de como cosas que no pensabas que ibas a experimentar en tu vida, se vuelven realidad: los planes de día molan, los planes de noche no tanto, las resacas mucho menos, y un largo etcétera, pero hay uno en especial que te trastoca todos tus planes: o te cuidas, o engordas.
Creo que me di cuenta tarde...Yo que siempre había sido delgado, ahora lucho cada semana en el gimnasio por bajar 100 gramos en la báscula.
Lo bueno: que a tus colegas les pasa lo mismo
Lo malo: que el gimnasio cansa...y engacha
Siempre me habían dicho que hiciera un post sobre gimnasios pero es que la verdad que no había pisado uno hasta hacía muy poco. Ahora me siento preparado.
1. Me siento seguro al abrir la puerta del gimnasio. Notas en la cara el que entra por primera vez y el que va 3 veces por semana. La primera vez es como cuando te metes a un buffet de desayuno: pruebas todo pero no estás centrado. Te pones nervioso. Haces 5 minutos de bici, te sientes muy amo montado en la elíptica, un poquito de cinta, tocas las pesas pero no haces nada, y te vas asustado a los 20 minutos.
2. Te picas con todo y con todos: en el gimnasio no sólo estas tú, también se ciclan otros (que normalmente están más armados que tú). Te subes a la cinta y automáticamente miras lo que hace el de al lado. Te pones al tema y si el de al lado esta en 8 tu te pones el 9, si el tío sube a 10, tu sacas las tuercas de la maquina pero ni de broma te pueden ganar. Así me pasa que no aguanto ni 15 minutos.
3. Me siento bastante identificado con la gente que utiliza el móvil en el gimnasio. No sólo para poner sesiones de Soundcloud, sino para mandar fotos a mis amigos o a mi novia. Las fotos son lamentables, es verdad, pero demuestras lo sano que eres a todo el mundo. Demasiado me parece, la gente que se pone en la bici de vagos, si, esa en la que pedaleas recostado, utilizando el whatsapp o mirando el Facebook. Yo era así, ahora ya no............tanto.
4. Pesadilla que son las pesas. Si es que no puedo con ellas. Creo que pongo la excusa que ponemos todos a los que no nos gustan y es que somos unos flojos (así me llaman a mí). Ni molan las pequeñas, ni las grandes, ni aunque te ayuden. Es verdad que todo es acostumbrarse pero es que entre la cara que pones, los gritos que pegas y el ridículo que haces, mejor me dedico a levantar vasos de sidra.
5. No todo es malo en el gimnasio: para el soltero es el sitio ideal para ligar. Un tío que va al gimnasio de momento ya es un chico sano, punto positivo! Además si la ves diariamente la conversación sale sola. - Ayer no te vi en spinning. - Ah, pues estuve en la fila de delante. Y tu quedando bien de pardo. Tienes que jugar bien tus cartas: tampoco puedes estar demasiado pendiente de ella. Si pasa al lado tuyo, lo importante es poner cara de concentración, pero tampoco seas demasiado pasota, porque si no parece que estás demasiado preocupado por tu cuerpo.
6. Las clases son un must: no conoces tu cuerpo hasta que no vas a una clase de Body Pump o de Boot Camp. Las agujetas que tienes al día siguiente de tu primera clase, hacen que descubras la cantidad de músculos que no habías utilizado en tu vida. Qué manera de sudar, qué movimientos más arrítmicos... tu intentando esconderte entre la gente para que el profesor no se ensañe contigo. La primera fila es la de los alumnos aventajados, la de los nerds del gym, tienen su propia jerga, no te unas a ellos, son peligrosos.
7. La ropa es importante: por favor abstenerse calcetines blancos de raquetas, chándals de equipos de fútbol o camisetas de propaganda. Tampoco tienes que comprarte el último modelo de reloj atómico que te indica el numero de ronquidos que has dado durante la noche, pero no vayas con una camiseta blanca que ponga Carnicería Paco. Unas zapas de colores, un pantalón no muy ajustado y una camiseta, aunque sea robada, de el último Iron Man de Hawaii hace que la gente te mire con respeto.
8. Duchate en el gym. Lo de ir con la sudada por la calle no mola nada. Es muy de los años 90.
9. Leonardo di Caprio nos marca el camino: un héroe para muchos de nosotros, ha vuelto a poner de moda el hombre sano, el que se preocupa por su cuerpo pero que también disfruta con una bocadillo de chorizo de Cantimpalo. Una persona que no dice que no a la segunda cerveza, que no se retira de una fiesta porque tiene que ir al gym por la mañana, que valora la salsas en la comida, que disfruta del tercer tiempo y de la pachanga a partes iguales. Que no está gordo pero tampoco flacucho. En resumen, que se cuida, pero que de vez en cuando se descuida.
10. Si no vas al gym o haces deporte estas fuera de las conversaciones: hablar de fútbol ha pasado a un segundo plano, incluso la política se ha rendido a los pies de la vida sana. Ahora mola hablar de deporte, de tus objetivos, de tu próxima prueba, de tu número de pulsaciones en reposo, de las ruedas de la bici que te has comprado, de si es mejor entrenar en altura o en ayunas. Que levante la mano, quien no se ha puesto a hacer deporte para recuperar a sus amigos. Hay que estar al día, ahora toca vida sana, puede que ser que mañana nos de a todos por ser boy scouts.
"Mantener nuestro cuerpo con buena salud es un deber. De lo contrario no seremos capaces de mantener nuestras mentes fuertes y claras".
Buddha